Escupiendo Alquitrán

abril 12, 2008 at 8:01 pm (Madrid) (, , , , , )

Habrá que prohibir que los cigarros lleven filtro. Sólo así los fumadores se darán cuenta del daño que hacen a los que están a su alrededor. El filtro les protege, pero no al no fumador que tienen al lado y sobre cuya cabeza escupen los restos de su tóxico hábito. Habrá que poner carteles en los bares llenos de humo con el aviso, «Entre con precaución. Local contaminado. Grave riesgo de cáncer y de otras afecciones pulmonares. Los malos olores perduran.»

Hoy he nadado 60 largos de la piscina. 1.500 metros. He tardado más de lo habitual porque los primeros 20 todavía me irritaban los bronquios después de entrar anoche, aunque fuese por pocos minutos, en un local con humo, y en el que un grupo de fumadoras británicas celebraba una despedida de soltera lejos de las normas sanitarias de su país de origen. Tener que parar cada 2 minutos para toser los restos de toda la mierda que uno lleva dentro no es de mucho agrado a nadie. Y aún menos cuando se debe al humo ajeno, a los daños colaterales provocados por un hábito que uno nunca ha tenido.

Cuantas veces me he dicho, ¡¡nunca más! No entraré más en un local de fumadores. Me limitaré a fumar el humo de cigarros ajenos cuando cruce la Plaza de Cuzco en hora punta; sólo cuando un cliente me obligue a tomar un café con él en la cocina de su oficina en la que, ilegalmente, permite fumar, y fuma; sólo cuando por razones de trabajo tenga que ir a una entrega de premios en la que todos los asistentes fuman, ilegalmente, pero con el amparo de la esperanza, sólo cuando llegue a un restaurante después de reservar una mesa en una zona de no fumadores, sólo para descubrir que la mesa que tengo a mi lado está en una zona de fumadores, sólo cuando tenga una cena con un cliente y un periodista y éste pide expresamente que reservemos la mesa en una zona de fumadores…’ En fin, con tantas excepciones, poco compromiso.

A ver si por fin puedo dejar el hábito. Ni uno más. A ver si por fin los fumadores aprenden a respetar a los demás. En España, la sala de humos de la Unión Europea, igual es mucho pedir, pero pedir se puede.

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